El Cortijo fue construido a principios del Siglo XX, por la Familia Padilla, sobre una antigua vaqueriza y un antiguo almacén de grano. En el año 1983 fue adquirido y reconstruido por nuestra familia, y desde entonces y hasta ahora ha estado vinculado a la ganadería y a la agricultura. En el año 2012 iniciamos la aventura del alojamiento rural sin dejar de trabajar la tierra y de cuidar del ganado y como nuestro mayor activo es la naturaleza y el ambiente campero, intentamos sacarle todo el partido posible para que vuestra estancia sea inolvidable.​

El Cortijo está compuesto por dos edificaciones independientes conectadas entre sí por un acogedor patio. Como zonas destacables tenemos una pequeña y coqueta plaza de toros, donde podríais asistir u organizar alguna capea; un patio andaluz, con una zona resguardada con arcos; y una finca, donde podréis pasear y disfrutar del aire puro y de nuestras inmejorables vistas.

Rodeado de tranquilidad y naturaleza, nuestro cortijo constituye un lugar privilegiado para quienes deseen que sus días de descanso sean recordados para siempre.