El Cortijo Torreblanca ha sido restaurado y adecuado para acoger a sus huéspedes en pequeños alojamientos. Toman el nombre de lo que fueron en un pasado, El Gallinero, La Cuadra, La Torre..., recordando una forma de vida que en esta tierra giraba alrededor de los Cortijos. Muros encalados y habitaciones frescas, zonas sombreadas con chambaos de caña, patios, terrazas y un entorno frondoso, conformaban como oasis las antiguas cortijadas y sus huertas. Conserva la era y los olivos y se adivinan las antiguas huertas y sus balates. Para los meses de calor Torreblanca cuenta con dos espléndidas piscinas.
Cortijo Torreblanca tiene una capacidad de hasta para 20 personas. En pleno campo, antes de entrar al Pozo de los Frailes (Almería) y junto a la rambla rodeada de cañas que lleva a los cortijos grandes, se disfruta del silencio, interrumpido en verano por los grillos y las chicharras y todo el año por el jolgorio de los pájaros que habitan los árboles. Desde aquí parten paseos apetecibles que nos llevarán a norias, aljibes y ramblas. Para los más deportistas hay rutas hasta Los Escullos, La Isleta, Las Presillas, San José...un estupendo punto de partida para disfrutar del Parque Natural de Cabo de Gata. Además los alojamientos tienen suficiente independencia unos de otros, pero a la vez conforman un conjunto adecuado para grupos y espacio para celebraciones y/o eventos.